• Ataque israelí: Mosquito en la realidad / Dragón en la prensa | El Frasco, medios sin cura
viernes, 1 de noviembre de 2024 21:00

Hoy, en muchas ocasiones, el impacto de un titular parece importar más que la verdad. ¿Será porque hay poderes a los que les conviene que el espectador crea que lo que lee sin siquiera cuestionarlo? 

Nuevo programa de El Frasco: Medios sin cura, el programa que aborda las noticias de la semana y el rol de los medios de comunicación con ironía y humor.

En este sentido, días atrás, muchos medios trataron de instalar que el reciente ataque israelí hacia Irán fue “en represalia”. Un concepto claramente engañoso, ya que a comienzos de octubre fue Irán quien le respondió a Israel por sus crímenes, entre ellos el asesinato de Haniya en Teherán.

Lo que sucede es que muchas de las corporaciones mediáticas más grandes del planeta funcionan simplemente como “loros” del ejército israelí, el mismo que mintió desde el 7 de octubre de 2023 con los “bebés decapitados”, o sobre el bombardeo a hospitales o la muerte de sus propios soldados por fuego propio.

Son los mismos medios que cuando respondió Irán evitaron mencionar que se trató de una respuesta dirigida específicamente a objetivos militares, algo que ahora que atacó Israel, sí se preocuparon de enfatizar.

Lo cierto es que se trató de una agresión muy débil, donde para intentar mostrar imágenes de impacto tuvieron que recurrir a fotografías de archivo e incluso imágenes recientes del ataque israelí al Líbano. 

Esta poco seria maniobra de los medios occidentales no hizo más que evidenciar la debilidad del régimen sionista que, incapaz de vencer a las resistencias del Líbano o Gaza, sigue lanzando cruentos bombardeos sobre civiles.

Y con El Líbano, usan el mismo modus operandi que en Gaza: inventan que debajo de los hospitales hay algo que luego, periodistas de todo el mundo, al atestiguar la verdad, desacreditan.

Hablamos de todos estos temas con el analista internacional Haidar Milhem.

Los medios dominantes tal vez no tengan cura, pero al menos dudemos de aquellas “píldoras” que pretenden que consumamos.

drm/rba

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